Fui invitada por la Asociación de Amigos del Museo de Bellas Artes para realizar un recorrido por la colección enfocado en el análisis de sus flores.En mis visitas para pensar y preparar la visita,noté que en las obras actualmente exhibidas no había una presencia notable de flores.Ante este desafío,se me ocurrió comenzar hablando sobre mi propio vínculo con ellas,con una especial atención a las flores en los textiles en diversos cuadros.Elegí comenzar por la sala de batallas por Cándido López. Escuchamos El jardín de los Deleites, de Hildegard von Bingen, una abadesa alemana,del siglo XII compositora, filósofa, política y naturalista, que estudió plantas y flores para uso medicinal.Entrando en clima,realicé una descripción sobre mi relación simbiótica con las flores,y como se apoderaron de mi producción.Trabajo particularmente con orquídeas,fascinada por su carácter superpoderoso,que les permite crecer en todos los climas y ecosistemas,que buscan su ubicación estratégica, que logran reproducirse y ser la familia más grande de flores,y sobre todo,que tienen las morfologías y colores más maravillosos del universo floral.Siguiendo a Maeterlinck,es interesante analizar el hecho de que las flores,condenadas esencialmente a la inmovilidad,buscan expandirse y escapar por arriba a la fatalidad de abajo.Liberarse,inventar o invocar alas, evadirse, torcer su destino, aproximarse a otro reino, penetrar en un mundo en constante movimiento.Busco extrapolar esta pasión que me producen a las piezas que hago.Llevé algunos trabajos míos para que el público pudiese tocar, sentir y mirar las variantes de texturas, colores y figuras de estos seres metafísicos.Rodeados de obras de la Guerra del Paraguay,propuse que observemos esas obras y nos preguntemos sobre la ausencia de las flores en esos retratos históricos de batallas.Quizás en este clima sombrío de muerte, destrucción, violencia y sangre,Cándido López no encontró lugar para que ellas aparezcan pintada,porque para muchos ellas solo representan la vida,la fantasía,la trascendencia,y también lo femenino. ¿Será que Cándido López no descubrió la ferocidad de las flores,su fortaleza y su potencia?
Frente a obras con textiles florales mencioné cómo las flores de América llegan a las telas europeas.El interés por la flora y fauna novedosa y exótica de nuestro continente produjo un saqueo salvaje.Fueron trasladadas a los jardines de reyes europeos,para luego aparecer en sus telas,transformando por completo los textiles de Occidente con nuevas morfologías y colores.Analizamos en conjunto Músicos, de Ribera: vemos unos hombres en una escena detenida en el tiempo salvo por el movimiento en las flores de la camisa de uno de ellos,pintadas como manchas, que aceleran en ese punto toda la escena.Comparamos las diferencias en las obras con textiles floridos y las obras de ramos, jarrones u ornamentos de diferentes mujeres.Es evidente que los artistas cuando pintaban las flores en ramos eran naturalistas,con una mirada botánica y mimética.Cuando pintaban flores sobre textiles,se permitían libertad y fantasía:flores quizás inventadas,de colores extraños,de otro universo.La siguiente parada fue la obra Don Juan Sandoval, de Bernaldo de Quirós:un retrato del gaucho, de la época rosista.Como en un desafío a la exigente masculinidad,el patrón se encuentra de pies a cabeza con flores, como si una enredadera se apoderara de su cuerpo.El contraste se da con los peones:no hay ni una flor en sus ropas.Aquí las flores representan jerárquía:son solo para algunos.En la misma sala,miramos el tríptico Retablo de Jesús, de Alfredo Gramajo.Se observa el Nacimiento,el altar para Semana Santa y en tercer lugar,La Crucifixión.El retablo donde Jesús nace explota de flores,como si el artista buscara transmitir la vida a través de ellas.Presentan una vitalidad que incluso supera a la presencia del Niño.El tamaño de las flores y sus colores son más fuertes y llamativos que el rostro del recién nacido. En el segundo retablo las flores abrazan al altar y a los personajes retratados y continúan en el piso, cubierto por una alfombra floreada.Su presencia abundante anticipa la vitalidad y la trascendencia de este momento.
Estas pinturas son como una oda a las flores.No se limitan a ser un ramo en la mesa,sino que se apoderan de toda la obra.
Continuamos en esta línea sobre flores asociadas a la trascendencia y quizás a un poder sobrenatural y nos detuvimos en el cuadro Cruz Velacuy-Cuzco, de José Sabogal. Este artista peruano es fundamental en la historia del arte latinoamericano por ser uno de los creadores del movimiento indígenista en Perú rompiendo con el colonialismo académico europeo.
Esta obra, atravesada por la cosmovisión andina, nos muestra un Jesús crucificado cuyo cuerpo se ha transformado en flores. Las flores son el Cuerpo de ese Cristo. Flores que son pinceladas rápidas, mezclas de colores, manchas, cuerpo. Nuevamente, podemos pensar que la resurrección por venir, con la vitalidad y la trascendencia que significa, se encuentra simbolizada a través de estas flores que envuelven a Jesús.
Por último, nos detuvimos en Nubes en la Sierra, de Walter de Navazio. Esta obra me hizo pensar en cómo era el planeta previo al nacimiento de las flores. Cuando empiezan a brotar los primeros angiospermas, su poder es tal que comienzan a cubrir toda la Tierra. Cerca del 90% de las plantas y árboles, incluyendo cultivos, tienen flores.
Ellas vinieron a colorear el planeta.
Las flores no son delicadas, las flores no son débiles. Las flores son poderosas, guerreras, feroces, creadoras. Arrasan con esta superficie y se apoderan de ella, cambiando para siempre todos los ecosistemas de la Tierra.
Concluimos la charla con la lectura de una poesía de Juan L. Ortiz.
Muchísimas gracias a la Asociación Amigos del Bellas Artes y Susana Smulevici por la invitación
Y gracias a Claudia Casarino, Mónica Millán, Constanza Martínez, Lila Scagliarini y Cayetana Muniz Barreto