Guillermina Lynch

Sobre la obra

En enero del 2020, haciendo una investigación sobre plantas conocí a Liliana, la nieta de Maevia Noemí Correa, conocida como “la Dama de las Orquídeas”. Al escuchar y aprender sobre la fascinación de su abuela por estas flores misteriosas, decidí investigarlas y conocerlas en profundidad.

Esto me llevó a querer plasmarlas en mi trabajo, transformándolas en las nuevas protagonistas de mis tapados de terciopelo.

Las infinitas posibilidades morfológicas y coloridas de las orquídeas me permitieron hacerlas jugar con esta tela suave, creando pieles únicas y multisensoriales.
Selvas tropicales, desiertos rocosos, altas montañas: todos posibles hábitats de quizás las flores más ambiguas y misteriosas sobre la tierra, las orquídeas.

El terciopelo se convierte en otro lugar donde habitar.

Meter sus raíces entre el pelo brillante. Aplastarlo o generarle texturas e incrementar su brillo. Flores mutantes y seductoras, encuentran en este textil un nuevo hábitat que las empodera.

Un material ambiguo, como ellas, convertido en tapados para cubrir, proteger y embellecer cuerpos que necesitan esa fuerza para adaptarse a esta nueva era.

La suavidad del terciopelo y las texturas ásperas y rugosas son un estímulo sensorial permanente demostrándonos que, al igual que las orquídeas, podremos mutar en pos de nuestra supervivencia.

Hay un nexo muy cercano entre estas flores ominosas y el terciopelo, ya que ambos elementos demuestran en su esencia la posibilidad de adaptarse, transformarse y obtener resultados impensables. Al igual que ellas, este proyecto está mutando hacia nuevos horizontes…

Agosto, 2021.